10 febrero 2018

Douglas Edward LaPrade: PRÓLOGO
El torneo cubano de Ernest Hemingway, de Ismael León Almeida

            “Llamadme Ismael”. Así reza la primera frase de Moby Dick, la gran novela sobre la pesca de la ballena. El autor del presente libro también se llama Ismael. Al igual que Moby Dick, el libro de Ismael es una epopeya. El torneo cubano de Ernest Hemingway de Ismael León Almeida es un grueso tomo de dimensiones bíblicas que narra la historia de un torneo de pesca de tal manera que resalta el espíritu humano que une todas las naciones y pueblos en Cuba cada año para pescar la aguja.
            La detallada narración del torneo también invita al lector a especular sobre el carácter del autor que ha recopilado tantos datos a lo largo de varias décadas para escribir una historia legible e interesante. Ismael León Almeida escribe con la combinación de afición y sabiduría. Ha indagado en los archivos de la prensa cubana, y también ha entrevistado a personajes claves en la historia del torneo. Luego ha destilado todos los datos a través de su alma de pescador, algo afín a la fe religiosa que no se puede fingir.
Ismael León Almeida es como el mismísimo Santiago, el pescador de la novela El viejo y el mar de Ernest Hemingway. Santiago nació por la pesca. La pesca es su oficio. Ismael nació para escribir sobre la pesca, y su aprendizaje periodístico le ha preparado para escribir este tomo. Su amplio curriculum de periodista incluye veinte años escribiendo para la revista Mar y pesca. Solo Ismael podría haber escrito este libro definitivo y comprensivo sobre el torneo Hemingway.
            En El viejo y el mar, Hemingway hace de la pesca una alegoría de su oficio de novelista. Por ejemplo, cuando el pescador Santiago agarra su sedal entre el dedo y pulgar, se parece al escritor cuando agarra su lápiz. Y cuando Santiago admira su propia manera de mantener rectos los sedales en las profundidades del mar, es que Hemingway mismo está comentando su estilo directo de narración. Hemingway escribía con sedales rectos, con frases simples.
            En la primera página del primer capítulo de El torneo cubano de Ernest Hemingway, Ismael escribe un renglón digno del maestro Hemingway: “Es deslumbrante desde el momento en que un pez toma la carnada que se lleva a remolque tras la embarcación, hasta que el deportista logra acercar el animal a la popa. Es como un encantamiento que dura todos los minutos u horas que permanence el pez en el agua, unido al pescador por una fina línea”.
            Este renglón de Ismael capta el espíritu del relato “El gran río de los dos corazones II” en el cual Hemingway narra cómo la pesca de truchas restituye el alma de un soldado dañado emocionalmente por la guerra. Ismael deslumbra y encanta a su lector con una fina línea narrativa que resume sesenta años de historia. Ismael ha captado el frenesí espiritual que une a los pescadores del mundo. Al igual que Hemingway, Ismael reconoce las cualidades nobles y trascendentes de la pesca.        
También en las tempranas páginas de su libro, Ismael describe “la pesca artesanal que en aquellos años del siglo XX realizaban pescadores aislados en pequños botes impulsados a remo y vela. Se pescaba a la deriva, con cuatro o más sedales calados en la profundidad, como describe Hemingway en su novela El Viejo y el Mar”. Luego Ismael narra todas las inovaciones y cambios implementados en el torneo a lo largo de seis décadas. Al igual que Hemingway y Santiago, Ismael conoce y respeta la historia, pero también observa el avance del mundo moderno, constante como la marea.
            Además de historia, el libro de Ismael tiene trama porque el torneo es presentado aquí como un barómetro de la sociedad. En vísperas del siglo XXI,
el torneo empezó a implementar la práctica de “marcado y suelta”, o “tag and release”. Según esta práctica, el torneo se puso de acuerdo con el movimiento global para proteger el medio ambiente y las especies amenazadas. Ismael nos ofrece la crónica definitiva de esta inovación e invita al lector a especular sobre cómo el mismo Hemingway se hubiera adaptado al siglo XXI. ¿Era Hemingway profeta de la práctica “marcado y suelta”, o por el contrario, habría insistido en guardar los trofeos pescados desde su barco Pilar?
            A mediados de El Viejo y el Mar, Santiago reza sus oraciones y pide fuerzas para seguir lidiando con su aguja. Santiago promete emprender peregrinaje al santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre si cumple con su reto de pescar la aguja. En la novela de Hemingway, como ya se ha observado, la pesca es una alegoría para la escritura. La aguja es el libro de Hemingway. Cuando escribía El Viejo y el Mar, Hemingway llevaba años sin publicar una obra maestra, y los críticos literarios ya no consideraban a Hemingway como el primero de la fila literaria. Cuando Santiago reza por la pesca de su aguja, Hemingway en realidad está rezando por el éxito de su novela y la recuperación de su fama. Por cierto, si la aguja es la novela de Hemingway, los tiburones son los críticos literarios que quieren devorar la fama del escritor.
Con el éxito de El Viejo y el Mar, Hemingway recuperó su categoría y ganó el Premio Nobel de Literatura en 1954. Al ganar el Premio Nobel, Hemingway se hizo Santiago y realizó el peregrinaje a la Virgen de la Caridad del Cobre para donar la medalla Nobel a la Virgen. De esta manera Hemingway cumplió con la promesa de Santiago. La ficción se hizo realidad.
El presente libro es la aguja de Ismael. Le ha costado muchos años de lid. Ya ha hecho su peregrinaje a todos los sitios vinculados al torneo Hemingway, a todas las marinas y a los clubes marítimos, y aquí está la crónica. Ismael también ha rescatado del olvido a toda la documentación y periodismo anterior sobre el tema. La cantidad de datos es asombrosa. Ismael ha escrito este libro con un sentido de deber y responsabilidad para proteger la historia de un evento clave del patrimonio cubano.  

El Dr. DOUGLAS EDWARD LAPRADE es profesor de la Universidad de Texas-Panamericana desde 1993 y anteriormente lo fue de la Universidad de Barcelona durante ocho años. Se doctoró por la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Ha publicado los libros La censura de Hemingway en España (1991), Censura y recepción de Hemingway en España (2005), Hemingway and Franco (2007), y Hemingway prohibido en España (2011). El Dr. LaPrade es un ponente regular en los eventos académicos sobre Ernest Hemingway convocados desde los pasados años noventa por el Museo Hemingway de Finca Vigía y la Cátedra Hemingway del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, ambos en La Habana, Cuba. En junio de 2015 impartió la conferencia “Hemingway, Alberti y Numancia”, en el hotel Palacio de O’Farrill, sede del 15 Coloquio Internacional Ernest Hemingway de nuestra ciudad.


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