LLEGÓ AL PÚBLICO
El torneo cubano de Ernest
Hemingway,
de Ismael León Almeida.
Finalmente ha llegado a los
lectores El torneo cubano de Ernest
Hemingway. Su presentación en la XXVII Feria Internacional del Libro de La
Habana 2018 tuvo lugar el sábado 10 de febrero a la 1:00 de la tarde, en la
sala “Nicolás Guillén”, como parte de un grupo de cinco obras dedicadas a temas
deportivos.
Desde Edinburg, Texas, viajó a La
Habana el profesor Douglas E. LaPrade, que dio lectura al prólogo escrito para
el libro, una contribución de notables valores líricos que enriquece una obra esencialmente
concebida desde expectativas técnicas.
El estudio del destacado certamen
de la pesca mayor, cuya versión definitiva fue concluida en 2012, luego de que
dos años antes se hiciera una versión parcial en ocasión de los sesenta años
del concurso, halló en el sello editorial Científico Técnica, perteneciente al
grupo Nuevo Milenio, su tercera y definitiva posibilidad para llegar a
imprenta, lográndolo con una tirada de 3 000 ejemplares.
A continuación, las palabras
expresadas por el autor en el evento ferial:
PRESENTACIÓN DEL AUTOR EN LA
XXVII FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE LA HABANA – 10 de febrero de 2018 (Ver VIDEO de la presentación)
Con la publicación de El torneo cubano de Ernest Hemingway concluye
un ciclo de estudio dedicado a la pesca deportivo-recreativa, actividad de
implicaciones sociales que manifiesta una compleja relación entre comunidad humana
y medio natural, cuyo impacto ambiental y potencialidades económicas son solo
algunos de sus aspectos más visibles. Sería errar la perspectiva histórica no
comenzar por reconocer que desde 1937 tuvo su origen el proceso de
documentación de esta afición con la apertura de la sección “Yates y Pesca” en
la vieja revista Carteles, pero desde
entonces hasta hoy el saldo de la motivación intelectual en torno a esta
afición ha sido escaso: solamente ocho libros de limitada tirada, completado el
conteo con el volumen que hoy presentamos.
La cobertura periodística de los
eventos de la pesca deportivo-recreativa cubana nos llevó a percibir la
necesidad de un registro histórico ordenado, de la caracterización de las
pesquerías efectuadas por los aficionados locales, la divulgación de las
técnicas autóctonas y las novedades incorporadas, y de la urgencia de
introducir prácticas conservacionistas en esta actividad de tiempo libre. Como
inicio de este trabajo se logró en el año 2009 la publicación del título Pesca deportiva cubana. Historia y tradición,
y en 2014 se trajo a este recinto ferial la obra Técnicas y peces del aficionado cubano.
Aunque por azares del oficio
llega este libro a imprenta en cuarto puesto, luego de los dos títulos
mencionados y del inaugural Polo, cantor
de la montaña, de 2003, de modo absoluto corresponde a El torneo cubano de Ernest Hemingway el sitio más antiguo entre las
obras que este autor trabajó positivamente por publicar. Es la razón por la
cual está dedicado a mis padres, que hicieron lo esencial para que la
descendencia alcanzara lo que fuera capaz de proponerse: antes que el primer
maestro, se empeñaron por enseñarle a leer y escribir, le obsequiaron libros nunca
olvidados, construyeron para él, con viejas tablas, a martillo y serrucho, el
primer librero, con cuarenta libros incluidos, entre los cuales se recuerda la
impresión que causó al adolescente esa novela increíble que es Con el diablo en el cuerpo. También el
primer escritorio en el que se anotaron versos de los que acordarme no puedo,
aunque tal vez debiera.
Hará unos seis años comenzaron
las gestiones para publicar este libro. El
torneo cubano de Ernest Hemingway pasó por dos editoriales que lo
consideraron “bien escrito y bien narrado”, pero nunca llegaron a la decisión
de enviarlo a imprenta. En febrero del año 2012, una solicitud al Ministerio
del Turismo, realizada con la esperanza de que el aval del organismo
especializado corrigiera la suerte de esta obra, fue denegada con el argumento
de que ellos no habían encargado ninguna
investigación “sobre la temática que conforma el material de su autoría”. Acá
estamos finalmente, llegado a este libro el momento de integrarse al acervo de
los lectores, y al autor la posibilidad de centrarse en otros que empujan con
razones no menos convincentes desde la paciente memoria de una laptop.
No es necesario agregar una sola
palabra en defensa de El torneo cubano de
Ernest Hemingway, obra dotada para cumplir por sí misma el diálogo con los
lectores. De ello damos gracias a la contribución de la editorial Nuevo
Milenio, por la sistematicidad en acoger el tema en sus tres sucesivas obras,
una virtual serie en cuya materialización ha estado en estos nueve años la
especialista Clara Dolores Macías. Agradezco al editor Aldo Gutiérrez Rivera,
por el privilegio de permitirnos contar con su exigente labor en esta, y a mi
cordial primera editora de las anteriores, María Luisa Acosta. También al resto
del equipo técnico en el sello Científico Técnica, por su dedicado trabajo. Con
el profesor Douglas LaPrade, que ha venido a La Habana solo a cumplir este
compromiso y a agasajarnos una vez más con su amistad, quedamos en deuda, y
agradezco en mi nombre y en el de otros interesados la labor de Gladys
Rodríguez Ferrero, por tantos años dedicados a la promoción de los estudios
sobre Hemingway entre nosotros. A mi familia, gestora del milagro que permite
el acto diario de escribir, la manifestación de que no habrá obra
suficientemente importante que iguale la magnitud de su respaldo.
Doy gracias por el privilegio de
compartir hoy esta mesa, y a quienes han venido a confirmar el valor de la
producción intelectual en cada imprescindible faceta de crecimiento del país.
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