04 febrero 2018

NOSTALGIAS ANTICIPADAS
Una entrevista con el Dr. Douglas E. LaPrade, prologuista del libro El torneo cubano de Ernest Hemingway.
Ismael León Almeida

C
onfieso que me impresionó. Que alguien se tomara el trabajo de meterse en los Pirineos, la elevada sierra que divide o junta a España y Francia, solo para averiguar lo que hubiera de exacto en la descripción de las escenas de pesca que Ernest Hemingway incluye en su novela The sun also rises (Fiesta) fue un ejercicio de meticulosidad que no podía dejar de admirar, como reportero y obstinado averiguador de pesquerías que uno suele ser hace demasiado tiempo. El profesor Douglas Edward LaPrade, un texano alto y caballeroso, se tomó ese trabajo y luego escribió el artículo “Fishing for Hemingway” para la revista Lookout en octubre  de 1991. Puso al descubierto la coincidencia entre la obra de ficción y los hechos reales que nutrieron una parte esencial de su trama y sus escenarios: la habitación número ocho del hostal de Burguete, el pueblo mismo, los paisajes del camino hacia el río Irati y hasta la fuente donde los personajes Jack y Bill pusieron a enfriar sus botellas de vino para el almuerzo, existen tal y como son descritos por el novelista.
Al Dr. LaPrade le conocen de cerca los estudiosos cubanos que durante el último par de décadas se han empeñado en llenar el vacío de conocimiento en torno a la obra de Ernest Hemingway y su relación con el país donde este decidió instalar su hogar. Oriundo de Dallas, Texas, este catedrático completó su formación académica superior en Illinois, se desempeñó durante casi una década como docente en una universidad española y desde 1997 es un ponente habitual en los eventos dedicados al Premio Nobel de Literatura de 1954 por el Museo Hemingway de Finca Vigía y la Cátedra Hemingway del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, ambos en La Habana; también ha prologado y traducido libros de autores cubanos en esa línea temática, escrito artículos y respondido cuestionarios como el que ahora le presentamos, a punto de su arribo a la capital cubana para participar en la presentación de una obra en la XXVII Feria Internacional del Libro de La Habana 2018.

Ismael León Almeida: En alguna parte hemos leído ―o escuchamos tal vez en alguno de los innumerables eventos académicos compartidos― que el acercamiento de Hemingway con Cuba tuvo su origen en su amor por España y lo español. ¿En cierta medida, puede haberle ocurrido a usted algo similar?
Douglas LaPrade: Sin duda, durante mi primera visita a Cuba, tenía la sensación de haber estado aquí antes. Me preguntaba cómo era posible sentir nostalgia por un sitio que no conocía hasta el momento, pero así sentía al aterrizar en Cuba. Gabriel García Márquez ha escrito algo parecido sobre Galicia, por la cual sentía nostalgia antes de conocerla. En su caso, se había criado en Colombia con una abuela gallega. En mi caso, había vivido casi una década en España antes de visitar Cuba por primera vez. En La Habana me di cuenta inmediatamente del centro gallego, el centro asturiano, y el centro catalán, y la proximidad de todos respecto al Capitolio. 

I.L.A.: ¿Es lo hispano parte del sustrato cultural de Texas, su tierra?
D.L.P: Llevo veinticinco años dando clases en la Universidad de Texas Río Grande Valley en la frontera entre Texas y México, y la gran mayoría de los alumnos son de herencia hispana. En el año 2012, cuando yo era director de la editorial universitaria, publiqué una edición bilingüe de poesía de César Antonio Molina, quien ha sido Ministro de Cultura de España, y también Director del Instituto Cervantes, el organismo oficial del gobierno de España cuyo objetivo es difundir el estudio de la lengua española por todo el mundo. Publiqué este libro como homenaje a mis alumnos para que pudieran celebrar su herencia hispana en Texas. Mis alumnos pueden presumir del aval de un poeta español quien ha sido Director del Instituto Cervantes, y también Ministro de Cultura de España.

I.L.A.: Usted es graduado de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, entre cuyos egresados se cuentan personalidades muy conocidas para los cubanos, como el presidente ecuatoriano Rafael Correa y el reverendo Jesse Jackson. La elección de un campus tan distante de su hogar, nos comunica la idea de una expectativa de formación muy específica, ¿fue de ese modo?
D.L.P: La decisión era más bien pragmática. Una vez terminada la licenciatura en Dallas, la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign me ofreció un contrato como profesor ayudante, puesto que me permitió pagar la matrícula para los estudios postgraduados mientras empezaba la formación docente. Ese pueblo universitario me encantaba, y la biblioteca universitaria se cuenta entre las mejores del país. No olvidemos que el gran escritor tejano Rolando Hinojosa también se doctoró en Illinois, y luego ganó el Premio Literario Casa de las Américas aquí en Cuba.

El primero de septiembre de 1984, el joven profesor Douglas LaPrade dio inicio una serie continua de nueve cursos académicos que impartiría en la Universidad de Barcelona, España. Como parte de esa singular etapa, su formación alcanzaría a consolidar un personal enfoque en el ámbito de la cultura española. La concesión en 1986 de una beca Fulbright por el gobierno de su país, le posibilitó contar por dos años con recursos para realizar su tesis de doctorado, presentada en 1988.
Sus investigaciones, centradas en la censura de la obra de Hemingway en España durante el régimen del general Francisco Franco, las desempeñó en el Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares. Durante sus estudios en la península ibérica, se acercó de modo intenso a la lengua y la cultura hispana. Contó con la asesoría de personalidades intelectuales como José Luis Castillo Puche (1919-2004), autor de Hemingway entre la vida y la muerte y Hemingway in Spain; novelista, ensayista, periodista, editor, dos veces Premio Nacional de Literatura y miembro cuatro veces de la Real Academia Española, cuya orientación le ayudó a valorar al laureado escritor norteamericano en el contexto español. La exploración cognoscitiva se expande por momentos y alcanza nuevas figuras del corpus literario español, como el poeta Rafael Alberti, o en su valoración acerca de la obra de teatro de Hemingway La quinta columna, expuesta en conferencia que dicta en Valencia en 1992, año en el que también recibe invitación de la universidad francesa de La Sorbona para contribuir a un estudio sobre la recepción de Hemingway en España.

I.L.A.: De un modo subjetivo, tengo la impresión de que es usted uno de los estadounidenses con mejor capacidad de expresión en lengua castellana que he conocido. ¿Se considera usted un buen hablante de la lengua de Cervantes, Quevedo y Garcilaso de la Vega? ¿Ha sido muy laborioso alcanzar ese dominio?
D.L.P: Valga decir que mi padre era profesor universitario de la literatura española del Siglo de Oro. Me criaba entre estatuillas de Cervantes y Don Quixote en la casa. Los colegas de mi padre le llamaban Nebrija1 debido a su meticulosa dedicación al estudio de la gramática castellana. Una vez fuimos juntos al pueblo extremeño de Zalamea, escenario de la famosa obra de teatro titulado El alcalde de Zalamea, de Pedro Calderón de la Barca. Me juré que no saldría del pueblo sin sacar una foto de mi padre con el alcalde de Zalamea. Entramos en el ayuntamiento, y nos recibieron de forma hospitalaria. Guardo celosamente esa foto de mi padre con el alcalde de Zalamea.

El dominio de la lengua española ha propiciado al profesor LaPrade un diálogo más directo con la mayoría de los participantes en los coloquios sobre Hemingway celebrados en Cuba, la ocupación de muchos de los cuales es asimismo la docencia a diversos niveles, si bien otros se desempeñan en el periodismo, la abogacía o la esfera bibliotecológica. En otro de sus desempeños profesionales ha de mencionarse la traducción al inglés de obras de autores cubanos, como Ernest Hemingway in the Romano Archipelago (1999) y The Empire of Havana (2003), ambas de Enrique Cirules, y el relato Journey to China”, de C. Aguilera, que tradujo para la antología New short fiction from Cuba, publicada en 2007 por Northwestern University Press, de Illinois.

I.L.A.: Hay en uno de sus libros una línea tan sugerente que no puedo dejar de traerla a colación: “El estilo es algo tan sutil que no puede ser conservado por entero en una traducción” 2. Su propia experiencia en el campo de la traducción podría excusarme de pretender avanzar más en el tema, pero me acomete la duda de, si tal imposibilidad influye en gran medida en la traducción poética, que es sin embargo bastante frecuente, a condición de que sean poetas quienes la realicen, naturalmente.
D.L.P: He aprendido que la traducción no es un ejercicio meramente lingüístico ni literario. El traductor tiene que sumergirse totalmente en ambas culturas para pasar la obra de un idioma a otro. Hay que conocer la historia y la cultura del otro país para traducir su literatura. La traducción exige la inmersión total en la cultura.

I.L.A.: Más allá de sus apreciaciones académicas, ¿cuáles son sus preferencias personales como lector? ¿Obras en lengua española forman parte de ellas? ¿Cuáles, en particular, y por cuáles razones, si es explicable?
D.L.P: Siempre me ha gustado la poesía del Renacimiento, tanto en inglés como en español, debido a su temática eterna e ideal. Shakespeare, Góngora, y Quevedo son mis preferidos. El poeta Wordsworth del Romanticismo también me gusta. En el siglo veinte, he leído las obras de Lorca, Alberti, y Machado. También me encantan los escritores de la Generación de ’98 como Unamuno y Azorín porque son capaces de describir el paisaje español de forma trascendental.

I.L.A.: Entendido el papel esencial del lenguaje en la cultura, ¿considera que el  conocimiento alcanzado por tantos años y en tan relevantes plazas han incorporado asimismo a su acervo personal parte de la comprensión de lo íntimo de los pueblos hispanoparlantes?
D.L.P: Sí, estoy tan convencido del valor del estudio de otras lenguas y culturas que he dicho a mis alumnos que su formación no es completa si prescinden del conocimiento de otro idioma que no es suyo. No decides cuál es tu lengua materna, pero sí puedes decidir cuales lenguas extranjeras quieras dominar.

I.L.A.: De la revisión del currículo profesional del Dr. LaPrade uno percibe la intensa dedicación a la docencia que mantiene con inalterable sistematicidad a lo largo de los años ¿Es la profesión parte de su herencia familiar?
D.L.P: Mi padre era profesor universitario del español durante cuarenta y un años, y mi madre era maestra de inglés en los colegios públicos de Dallas durante treinta y un años.

I.L.A.: Voy a pedirle como obsequio una descripción de su experiencia como docente, si es posible centrada en su relación con los estudiantes, el modo en que cree mejor acercarlos al conocimiento, tanto en el aula como en esos importantes períodos formativos  que son los preparativos de las tesis  de graduación.
D.L.P: Soy bastante formal y tradicional en la presentación de la materia, pero también les hago saber que tarde o temprano tendrán que apasionarse por algo. Por ejemplo, en mi asignatura monográfica sobre Hemingway, pasamos la mayoría del tiempo analizando los textos del escritor de forma detenida, pero algún día les enseño las fotos de los monumentos cubanos y españoles relacionados con los libros de Hemingway. Mis alumnos saben lo que es la Finca Vigía, y han visto mis fotos de Gregorio Fuentes. De esa manera la palabra se encarna.

I.L.A.: ¿De qué modo incorpora a su docencia los temas de sus investigaciones?
D.L.P: A veces presento algún documento descubierto en los archivos a mis alumnos para que vean la resonancia internacional y política de Hemingway. La censura de Hemingway en España es un tema que despierta el interés de los lectores interesados en la intriga y el espionaje, y ciertas anécdotas sobre la guerra civil española mantienen el interés de los alumnos.

I.L.A.: ¿Es su experiencia inaugural, como profesor en una universidad española, lo que lo inclina al estudio de la obra y los vínculos de Hemingway con ese país, o la búsqueda de ese destino docente fue un proyecto previamente establecido?
D.L.P: Empecé a dar clases en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign en el año 1978. Al cabo de dos años recibí el título de máster, y luego pasé dos años más estudiando las asignaturas para el doctorado. En el año 1982, con todos los requisitos para el doctorado cumplidos, excepto la tesis, recibí una beca para estudiar en la Universidad de Salamanca durante un año. Fue allí que descubrí que el decano de la Facultad de Filología, Javier Coy Ferrer, era experto en la literatura norteamericana. Luego fui a Madrid y llamé a José Luis Castillo Puche, novelista y amigo de Hemingway. Estos dos señores me convencieron que Hemingway era tema digno de la tesis doctoral. Luego me tocó una plaza como profesor visitante de la Universidad de Barcelona durante el curso 1984-1985. Fue en Barcelona que mi colega Jacqueline Hurtley me habló de los archivos con los documentos de la censura franquista. Pasé el verano del año 1985 en el archivo buscando los expedientes de censura sobre las obras de Hemingway. El resultado fue el libro titulado La censura de Hemingway en España, publicado por Ediciones Universidad de Salamanca en el año 1991.

I.L.A.: Dado que las experiencias de los escritores al enfrentar el proceso creativo suelen ser disímiles, siempre nos ha intrigado el proceso de trabajo que culmina en la publicación de un libro. Usted, que es autor de cuatro obras, ¿cómo describiría ese proceso a partir de sus vivencias? ¿Escribe regularmente? ¿En su caso la escritura y publicación de artículos y la exposición de conferencias y ponencias es parte del proceso de comprensión de la materia en estudio?
D.L.P: Creo que pasamos por temporadas en la vida y en la carrera. He pasado por temporadas frenéticas cuando buscaba documentos en los archivos de España. Establezco un ritmo de madrugar temprano y coger el tren desde el centro de Madrid para llegar a Alcalá de Henares, el pueblo natal de Cervantes donde están almacenados los archivos. Al cabo de semanas o meses indagando en los archivos, tengo la materia prima. Luego empieza la próxima temporada, que es menos dramática y más bien monástica. Esta es la temporada de pensar y escribir. Luego empieza el curso académico y hay que encontrar el equilibrio entre la investigación y la docencia. Este es el gran dilema de cada profesor.

I.L.A.: Quien haya sentido en el rostro los vahos de ese instrumento de control del pensamiento, no pasa por alto su definición de dos aspectos que caracterizan la censura: la “vaguedad y arbitrariedad de las leyes” que la gobiernan, y la “jerarquización estricta entre los censores”. ¿Ha sido este fenómeno, derivado esencial del autoritarismo, el centro de sus inquietudes, o siempre ha estado Hemingway  su verdadero objeto de estudio? ¿Podría ilustrarnos un poco en qué consiste la obra Censorship: An International Encyclopedia, publicada en 2001? En su opinión, ¿cuál es la magnitud del daño que provoca la censura en el orden cultural y ético a los ciudadanos que la sufren?
D.L.P: Confieso que lo primero que me atrajo de Hemingway era su escenario español. Luego cuando tenía que buscar una pista para establecerme en la profesión universitaria, me di cuenta del valor de Hemingway como figura cultural y política, de ahí que surge el interés por la censura franquista. He contribuido una quincena de artículos a la enciclopedia sobre la censura publicada en el año 2001. El editor Derek Jones me escribió hace veinte años para pedírmelas. Todas las entregas mías tratan sobre España. He escrito sobre Goya, Picasso, y el cineasta Berlanga, entre otros. A través de una enciclopedia de esa magnitud, se aprende que la libertad de expresión siempre ha sido amenazada por todo el mundo, pero los escritores y artistas siempre han vencido. El espíritu artístico es invicto. Los escritores españoles de la época franquista derrotaron a la censura a través de un estilo denominado “alusivo y elusivo.” La censura no les calló, sino al contrario, les hizo más creativos.

I.L.A.: Con los cambios de una época que algunos denominan post-moderna, ¿considera que ha cambiado la forma en que es percibida hoy día la literatura de Hemingway en España, en Cuba y en el mundo hispanoparlante en general?
D.L.P: La obra de Hemingway es tan variopinta que ha despertado el interés de nuevas escuelas de crítica. Hemingway era profeta de los partidos verde que se preocupan por el medio ambiente y la salud del planeta. Hace casi un siglo Hemingway escribió sobre la destrucción de los bosques en el estado de Michigan por las empresas leñadoras. Vd. como historiador de la pesca ya ha especulado sobre cómo Hemingway se hubiera adaptado a la práctica de marcar y soltar en este siglo de sostenibilidad. Y los críticos que se enfocan en el estudio de género han descubierto a Hemingway. 

Desde su presentación de la ponencia “La censura franquista de Hemingway en  España”, durante el segundo coloquio internacional que en 1997 se dedicó a este escritor en La Habana, el Dr. LaPrade ha sido una presencia familiar para quienes se dedican en la nación antillana al estudio de la vida y obra del novelista estadounidense. Dos veces retorna en 1998, para disertar en sendos enfoques sucesivos sobre el documental “Tierra de España”, cuyo guion escribió el novelista residente en Key West por los días de la Guerra Civil Española. Acerca del enfrentamiento entre la república y la casta militar sublevada en la nación ibérica, impartió en 2005 un curso de seis horas lectivas en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí de La Habana. Fue ese, además, el año del décimo coloquio internacional Hemingway, al cual asistió para presentar un "Homenaje a Castillo-Puche”. Con su principal línea de investigación retorna al evento en 2013 con  “Hemingway prohibido en España”, tras el cual expondría en 2015 "Hemingway, Alberti, y Numancia" y, en 2017,  "Hemingway y Gustavo Durán". Durante el pasado año, rindió homenaje asimismo al fallecido escritor cubano Enrique Cirules, para quien había escrito el epílogo del libro Hemingway, ese desconocido, presentado durante el coloquio de 2015.  La obra de este autor fue objeto del análisis del profesor LaPrade en la Conferencia Internacional de Estudios del Caribe efectuada en 2006 por la Universidad Panamericana de Texas en South Padre Island, material luego impreso en un compendio que vio la luz en 2007.
Además de libros de su autoría, numerosas contribuciones a toda una serie de obras colectivas, compendios temáticos, antologías, entrevistas concedidas y artículos de prensa de este intelectual norteamericano se relacionan igualmente con Cuba. Su más reciente contribución ha sido el prólogo al libro El torneo cubano de Ernest Hemingway, de Ismael León Almeida, incluido en el programa de presentaciones de la XXVII Feria Internacional del libro de La Habana 2018.

I.L.A.: Citando un artículo de The Smithsonian Magazine, en el epílogo que escribió para un libro cubano publicado en 2015, usted destaca que “el lector no puede entender la narrativa de Hemingway sin apreciar la importancia de Cuba en la vida y la obra del laureado Nobel” 3. Por nuestra parte hemos comprobado que, cada vez que existe un acercamiento entre nuestros dos países, los medios de acá no dejan de recordar esa circunstancia, mientras en coincidencia también nos ha sido posible documentar un ansioso incremento del interés de los aficionados estadounidenses por el turismo de pesca en las aguas cubanas 4 ¿Qué consideraciones le sugieren, en este minuto, estas dos regularidades? 
D.L.P: Cualquier lector de cualquier pueblo reconoce los temas universales de la obra de Hemingway. Hemingway era ciudadano del mundo, y muchos norteamericanos se enamoran por Cuba debido a su lectura de Hemingway. Una vez aquí, el lector norteamericano se entera de cuánto puede aprender de los demás escritores cubanos que, en su turno, han escrito sobre Hemingway. El gran libro de Vd. sobre el Torneo Hemingway ya es punto de referencia imprescindible para cualquier estudioso de Hemingway, tanto en Cuba como en Estados Unidos. Los escritores como Vd. y como Hemingway buscan las semejanzas entre los pueblos que nos unen. La diplomacia cultural siempre triunfa porque busca terreno común o aguas comunes entre los pueblos. La pesca es la mejor diplomacia porque los peces no llevan pasaporte.

NOTAS
1- Don Antonio de Nebrija (1441-1522), destacado humanista español, autor de la Gramática de la Lengua Castellana, publicada en 1492, primera obra dedicada al estudio de la lengua que se constituiría después como idioma oficial de España y otras numerosas naciones del orbe.      
2- LaPrade: La censura de Hemingway en España (1991), p. 44.
3- Cirules: Hemingway, ese desconocido (2015), p. 267.
4 A sabiendas de que el entrevistador podría ser calificado de exhaustivo en exceso, conviene en estos tiempos poner la prueba a disposición del lector:
En el verano de 1977, apenas comenzando el mandato de James Carter, un periódico de Virginia llamado The Free Lance-Star, puso en circulación con fecha 19 de agosto un artículo cuyo solo título era ya toda una declaración: “Treasure Lake - Bass Fishing Paradise”, pero su contenido era aún más provocativo, sobre todo si el lector era un pescador aficionado: “Si usted se encuentra en la India, irá a ver el Taj Mahal. En Egipto visitará las Grandes Pirámides. Un norteamericano pescador de lobinas boquigrandes aterriza en Cuba con un único objetivo ― una peregrinación (pilgrimage) a la Laguna del Tesoro.” Con los cambios introducidos por Barack Obama en las relaciones con Cuba, no tardaron en aparecer ofertas de viajes de pesca a Cuba, como el que puso a disposición del público la experimentada agencia Orvis en su sitio de internet (www.orvis.com/s/orvis-hosted-tripto-cuba/14246). En la más reciente lectura de este artículo, se acompañaba con la siguiente nota: “The recently announced travel restrictions to Cuba may cause travelers and anglers to fear they have missed their chance. Rest assured that Orvis continues to provide fully compliant trips to this incredibly unique destination.”



No hay comentarios:

Top Fishing      Websites at TopFishingSites.Com